jueves, 3 de julio de 2014

BANQU€RO$


La esencia del bufón





Banqu€ro$ es un espectáculo teatral unipersonal, escrito, dirigido y actuado por el destacado comediante chileno, Andrés del Bosque (Las siete vidas del Tony Caluga). Se vuelve muy interesante este tipo de propuesta escénica, donde tanto muñecos, como títeres, actor y espectadores formamos parte esencial de la experiencia. Es una muestra viva en sí misma, que nos habla de actualidad y de historia a la vez, entre los atisbos performativos de la ejecución y la recuperación de un texto shakespeareano para realzar el tema de los negocios y la deuda como un paradigma existencial, propio de nuestro tiempo.
Sin ser necesarias las muecas, ni una actuación gruesa, ni excéntricas caracterizaciones vocales, Banqu€ro$, nos libera del prejuicio hacia la comedia, la que en realidad, se encuentra muy alejada del humor fácil o del mero hecho de entretener. Vemos aquí a Andrés del Bosque, defendiendo una postura política frente al fondo monetario Internacional, la organización mundial del comercio y el banco mundial como instituciones internacionales que predican una suerte de “neo-religión” que todo lo permite en pro de la preservación de la riqueza monetaria de un pequeño grupo de personas empoderadas. En este sentido se aprecia al bufón o saltimbanqui como una múltiple figura: profesor, narrador, informador, político, cómico, músico, titiritero, entre otras cosas que nos recuerdan el valor ancestral del orador, en el sentido étnico (oralidad) y a su vez del juglar, en un sentido histórico (desde una noción occidental).

El mercader de Venecia, hacia la banca rota espiritual
El mercader de Venecia, de William Shakespeare, es entre otras obras de este autor, una comedia que hasta el día de hoy no ha cesado de ser representada, tanto en el teatro como en el cine, podemos encontrarnos con diferentes versiones. En el caso de Banqu€ro$, no se trata de una recreación del texto shakespeareano, sino que muy a la usanza piscatoriana-brechtiana, el argumento y personajes claves se utilizan como la fábula que permite denunciar un hecho clave que trasciende a la actualidad. Vemos a este saltimbanqui que identificamos por el vestuario como un preso anarquista que divulga el himno de la anti-deuda, anti-dinero, anti-bancos, anti-capitalismo. Luego de que se nos explique un extenso y complejo glosario de datos economistas, se nos presenta la obra El Mercader de Venecia, como una fábula sobre la decadencia y miseria humana en pro de un evangelio mercantil. Los personajes principales se adueñan del caudal de Shylock, precisamente porque no sienten ningún respeto hacia él, ni como comerciante, ni como persona, sólo por el hecho de ser judío y no cristiano. En este sentido destaco el siguiente extracto del texto shakespereano: Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rio de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cuál es su motivo “Soy un judío”. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos? […]
Cito este trozo de la obra, no sólo porque es utilizada por Andrés del Bosque en Banqu€ro$, sino por su trascendencia no sólo desde el punto de vista de la crítica hacia la institución eclesiástica, sino hacia la ambición humana por recaudar riqueza a toda costa, sin importar quien o quienes puedan salir perjudicados tras la obtención de este objetivo. Con esto, la frase maquiavélica, “el fin justifica los medios”, claramente aún sigue vigente, siendo el lema del paradigma individualista y su modelo neoliberal. Es así como se evidencia esta suerte de banca rota espiritual.
Otro signo interesantísimo en este sentido –y que no tiene que ver con El Mercader de Venecia- se aprecia al observar el vestuario, que al finalizar la obra unipersonal de del Bosque, vemos cómo estas rayas que en principio son las de un prisionero, cambian hacia una connotación ancestral, recordándonos la existencia de los Selk”Nam, como la representación encarnizada de las raíces olvidadas de nuestros pueblos aborígenes. Una muestra más que prueba esta suerte de banca rota espiritual.

Experiencia de Taller de Juglaría: El poder receptivo de la comedia.
La semana que tuvo lugar entre el lunes 2 y el sábado 7 de junio del 2014, se hizo la invitación por parte del Parque Cultural Valparaíso (Ex–cárcel), a participar de un Taller de Juglaría dictado por Andrés del Bosque, instancia organizada por el Teatro Museo del Títere y el Payaso. Afortunadamente, tuve la oportunidad de enterarme a tiempo y por ende de formar parte de esta actividad. Dentro de los aprendizajes múltiples, que significó para los que vivimos esta experiencia, destaco: la capacidad de diferenciar entre un docente académico y un maestro de la disciplina. En el caso del docente institucionalizado, éste se limita a dictar conocimientos, procurando entregar herramientas y su visión personal sobre el arte que se estudia. En cambio, el maestro, nos muestra una filosofía del arte en cuestión, no necesariamente como una forma de vida, si no como la condición sublime de éste, elevado en su esencia y universo ancestral, como una necesidad intrínseca del ser humano. El maestro no impone respeto, ni manda, ni menosprecia el trabajo de sus alumnos, el maestro invita, participa y crea comunidad a la hora de dar a conocer su filosofía de la creación. Es en este sentido que considero que Andrés del Bosque es un maestro del arte bufonesco, o como el mismo se autodenomina: “un sembrador de bufones”.
Por otra parte, destaco el poder receptivo de la comedia, donde la risa surge como una suerte de anestesia a la hora de concientizarnos sobre la cruda realidad. He aquí la importancia del bufón, no sólo en la obra shakespeareana si no en todas sus prácticas. La comedia poseyó una connotación divina y demoniaca como de equilibrio natural entre la ilusión y la realidad, tanto en la obra isabelina como en la ejecución puramente clásica (greco-romana); tiene la función esencial de romper la ilusión de un discurso político (por ejemplo) para concientizar sobre la realidad cotidiana de la humanidad o bien del entorno social. Es por esta razón que la comedia, o en este caso la labor del bufón siempre ha estado tan cercana a su público, existiendo una delgada línea entre espectáculo y espectador. Recobrando la esencia ritual de prácticas milenarias, entramos en un universo donde nuestra misión como aprendices fue: saber de lo que estábamos hablando, hacerlo de manera entretenida y dinámica, defender inexorablemente un discurso claro, la propia biografía es un recurso que jamás se agota sobre todo a la hora de improvisar, el humor del bufón siempre es reversible pudiendo manifestarse tanto a través de la comedia como de la tragedia; la música y el canto son herramientas trascendentales, pudiendo siempre el bufón contar con un interminable repertorio. El bufón todo lo sabe, si no lo inventa y argumenta con sólidos fundamentos, aunque esté hablando disparates, siempre detrás de la chifladura se esconde la sabiduría de un maestro. De modo que la comedia en general siempre es y será bien recibida por el público, es en tanto una herramienta política que teatralmente no debiésemos olvidar ni mucho menos menospreciar.
­­Entre la relación de mi experiencia personal en el taller de juglaría y la obra unipersonal de Andrés del Bosque, destaca que desde la simpleza se va a la complejidad en una retroalimentación, como ejemplo: tan sólo con el cuerpo y la indumentaria precisa, se crea el universo complejo de una cosmovisión. Es decir a través de un espacio simple y la multiplicidad de destrezas integradas (circo, música, muñecos, teatro de sombras, etc.), colaboran en la construcción del trabajo de un bufón.
Finalmente, espontaneidad, solidez de un discurso, agilidad, equilibrio, aparecen como palabras clave tanto en la creación de esta área de la artes escénicas como en su debida expectación.
L.C.



*Edición: Paz Francisca Soto

FICHA TÉCNICA

COMPAÑIA: La Tribu Imaginaria
OBRA: Banque€ro$
AUTOR: unipersonal basado en "El mercader de Venecia" de William Shakespeare
DIRECCIÓN: Andrés del Bosque
INTÉRPRETE: Andrés del Bosque