martes, 30 de junio de 2015

LAS REINAS DE SHAKESPEARE



 Misticismo y feminidad intrínsecos...








Las reinas de Shakespeare, es uno de los montajes de la destacada dramaturga Karen Bauer (Ganadora XVI Muestra Nacional de Dramaturgia 2013, categoría Autores de trayectoria con la obra La Chica) y llevado a escena por Teatro Serendipia. Dicha compañía teatral, la integran ex alumnas de la escuela de teatro de la Universidad Finis Terrae, contando con una destacada trayectoria, ya sea por adjudicaciones de distintos proyectos Fondart (Lunes 2013, Feriado, 2012), como por participaciones en festivales y encuentros teatrales nacionales e internacionales (Calafate el origen de Hain, Temporales teatrales de Puerto Montt, Chile y Entepola Noa, Tucumán, Argentina. Ambas participaciones correspondientes al año 2014).
Las Reinas de Shakespeare, es una obra que desde el inicio utiliza a su favor el misticismo shakespereano, tanto por la oscuridad del comienzo, como por los ritos de Macbeth, entre otras “apariciones” o momentos sublimes. A través de fragmentos que narran diversos episodios que involucran cinco personajes femeninos de la obra del autor isabelino (la Reina Margarita, de las obras Enrique VI y Ricardo III; la Reina Isabel, también de Ricardo III; la Duquesa, Madre de Ricardo III; Lady Macbeth, de Macbeth y Cleopatra, de la obra Marco Antonio y Cleopatra), tres actrices se desenvuelven a través del vaivén de “estar dentro y fuera del personaje”, dinámica propia de los ensayos teatrales.
Estamos precisamente, ante un ensayo de teatro donde dos actrices (Karen Bauer y Loreto Cruzat) que llevan bastante tiempo trabajando, esperan a la tercera y nueva integrante (Josefina Lanyon), en reemplazo de otra que recientemente ha renunciado. A pesar del extenso tiempo que llevan laborando, diversas adversidades, muy conocidas en nuestro gremio, no les han permitido estrenar. En este contexto se nos hace un inspirador recorrido por gran parte de la obra trágica del autor británico.
La puesta en escena, a pesar de su sencillez, posee gran espectacularidad, tanto por la cuantiosa cantidad de vestuarios como por la impresionante euforia de las intérpretes. A través de actuaciones firmes y audaces, juegan a estar en el límite entre “la máscara y su portador”, a modo  de simbolizar la manera en que estas tres actrices se desenvuelven al: representar un personaje shakespereano , hablar del ensayo, del texto, del personaje mismo, etcétera. Por lo tanto, somos partícipes de diversos análisis que las actrices ejecutan alrededor del proceso creativo del montaje que construyen. Son tres mujeres empoderadas, interpretando, precisamente, a tres actrices que luchan por sacar adelante esta poco usual compilación de textos shakespereanos. Desde esta perspectiva, considero que la dramaturgia es brillante, entretenida y muy sugerente.
Se trata de un trabajo escénico que de principio a fin entrega la posibilidad de desprender distintas lecturas. Entre tales destaco la riqueza femenina de las obras de Shakespeare, dándonos la posibilidad como espectadores de hacer una comparación entre un personaje y otro, e incluso entre una obra y otra. También hay una crítica de género que aparece implícita al ver a tres mujeres que al enfrentarse a su profesión, se encuentran sumidas a una lucha que, como tales, se vuelve mucho más difícil que para el sexo opuesto. Tomando en cuenta que es un rubro donde la presencia mujeril es mayor, y sin embargo las obras de teatro universal por lo general están dirigidas o tienen como protagonistas a personajes masculinos, y pocos o menos importantes personajes femeninos. Es curioso que en una disciplina donde la presencia femenina prima, los textos favorezcan el protagonismo de los hombres. Hoy, cuando existen tantos cuestionamientos sobre diferencias de este tipo, una obra como esta surge como un grito desgarrado y furioso ante un panorama social, cultural y económico tan desprovisto para los artistas que lo practican.
Misticismo y feminidad están estrechamente relacionados en la obra trágica de Shakespeare ¿casualidad? Me limitaré a dejar esta interrogante para la reflexión, sin embargo este detalle demuestra la gran sensibilidad del autor, lo mucho que conoció al sexo opuesto…  quizá el lado oculto de su obra es precisamente éste y Teatro Serendipia nos lo entrega traslúcido.
L. C.



FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Karen Bauer, Textos de William Shakespeare
Montaje: Teatro Serendipia
Elenco: Josefina Lanyon, Karen Bauer, Loreto Cruzat
Diseño de vestuario: Estefanía Birke
Realización de vestuario: Estefanía Birke  y Paulina Pavez. Colaboración: Andy Moreno
Diseño gráfico: Carlos Bertín
Fotografía: Carlos Cartagena
Registro audiovisual y edición: Marcelo Morales.
Maquillaje FX: Patricio Munita
Producción: Loreto Cruzat
Prensa: Graciela Marín

INTOLERABLES



Uno o más paralelismos en estado de conflicto




Intolerables es el montaje con el que debuta el colectivo internacional, La CompaÑÑía Teatro. Colectivo que se reúne en torno al interés de la actriz española Maite Colodrón, por representar El cepillo de dientes, de Jorge Díaz.  Sin embargo, al iniciar el proceso creativo –con dos actores chilenos, una colombiana y la antes mencionada actriz española–, observaron grandes diferencias al practicar la actuación, detalle que decidieron utilizar a favor de la construcción escénica. Es así cómo nos ofrecen una nueva y poco común versión de la obra más representada de Díaz. Rescatando textos y situaciones puntuales, La CompaÑÑía Teatro se desenvuelve en una dinámica de desteatralización*, en la cual somos testigos de discusiones entre sus integrantes en pleno espectáculo. No obstante la trama sigue siendo la misma del texto original: un matrimonio desgastado por la rutina, que se encuentra en los límites de la intolerancia. ¿Será que cómo intérpretes, a veces también nos sentimos desgastados por la rutina que implica la dinámica reiterativa de los ensayos?
Intolerables, es una obra que como su nombre lo indica, juega con poner a prueba los límites de la intolerancia. Por una parte está la relación de los personajes del texto en que se basan, por otro lado, las disidencias entre los integrantes de la compañía y finalmente estamos nosotros, el público, como observantes de un espectáculo que se va transformando en una suerte de ensayo dirigido, quizá el último ensayo antes de estrenar, pero no, porque finalmente todo lo que vemos es parte de la propuesta escénica.
La puesta en escena es sencilla, lo necesario para entrar y salir de la situación dramática del Cepillo de dientes, a las bochornosas discusiones entre intérpretes. Consta de actuaciones seductoras (Maite Colodrón, Juliana Serna y Néstor Carvajal) y una suspicaz dirección escénica (Cristián Romo). El riesgo de estar al límite, nos despista a tal punto, que da la impresión de que la obra se va desarmando de a poco, de lo que en primera instancia surge como un hecho externo a la situación dramática, para convertirse en la esencia de la solución escénica. Resulta muy atractivo cómo el proceso de creación se transforma finalmente en solución. No obstante, Intolerables no pierde su calidad espectacular, proponiéndonos esta divergencia o paralelo en dos extremos: lo que debe ver el público, en conflicto con lo que supuestamente no debe ver. Paralelos que aventurados al unísono, juegan a romper con la convención de que el espectador sólo debe disfrutar del resultado de un arduo trabajo de creación. ¿Y por qué no hacerlos partícipes de las tediosas disidencias que se dan en nuestros procesos creativos? Quizá algún día los espectadores también tengan algo que decir al respecto. Esto es lo interesante de este montaje, ya que incita la actividad de los espectadores, a que pase de ser una observación pasiva –un espectador que se limita apreciar un producto-, a una observación activa –un espectador que se hace consciente de la complejidad que implica llegar a tal producto.
Intolerables, es un montaje que nos hace pensar, que nos muestra a través de dichos paralelismos la complejidad de crear una puesta en escena, en similitud con una situación tan compleja e intolerable que puede llegar a ser mantener una desgastada relación de pareja. Es un estado en conflicto que se mantiene en continuo movimiento, pero que al estancarse las soluciones posibles son: separarse, que se maten entre sí o que se termine la obra.
En resumidas palabras, el debut de La CompaÑÑÍa Teatro es una experiencia entretenida, rápida y astuta.
L. C.

*Desteatralización: Las ideas de Wagner calaron profundamente entre los simbolistas franceses –siglo XIX–, que llevaron a cabo un proceso llamado “desteatralización del teatro”. Retirar del ámbito escénico todas las tecnologías y decorados, y dejaron únicamente la interpretación y la espiritualidad del texto escrito ( http://lengua.laguia2000.com/literatura/teatro-contemporaneo ) En el caso de Intolerables, veo la desteatralización, como una intención de desprenderse de todo mecanismo, incluso del texto y de su espiritualidad, de la interpretación y su espectacularidad.  Fenómeno que he apreciado frecuentemente en la escena actual y que presumo tiene bastante relación con las teorías sobre el teatro postdramático –que me limito sólo a mencionar debido a su alta complejidad–.

FICHA TÉCNICA

Compañía: La CompaÑÑía Teatro
Obra: Intolerables
Dirección: Cristián Romo
Asistencia de dirección: Juliana Serna
Dramaturgia: versión libre de El Cepillo de dientes de Jorge Díaz
Música: Penélope Jaque
Técnico: Constanza Silva.

martes, 23 de junio de 2015

LOS PAYASOS TAMBIÉN RÍEN



Realidad, cerros y colores






Los Payasos también ríen es el primer montaje de sala de la compañía Teatro A Conciencia, integrada por exalumnos de la desaparecida escuela de teatro que pertenecía a la controvertida Universidad del Mar. Cuentan con una importante cantidad de exitosas temporadas en la quinta región, además de ser merecedores del premio al “mejor montaje” en el Primer Festival de Comedia de Santa Cruz, el verano recién pasado (2015).

Los payasos también ríen, adaptación basada en Los payasos de la esperanza del TIT (Taller de investigación teatral 1977) se caracteriza por ser una obra dinámica, juglarezca y colorida. Su atractivo espacial y composiciones musicales (Javier Gahona e Iván Mancilla) nos acogen calurosamente desde el primer instante en que entramos a la sala de teatro. Es un espectáculo que pueden disfrutar tanto niños como adultos y que a su vez puede identificar especialmente a cualquier habitante de los cerros de Valparaíso.

En el transcurso de la obra, conocemos de cerca el cotidiano de dos payasos que laboran juntos en la calle, uno es Jorge, fuerte y poco serio (Carlos Zamorano) y el otro es Manuel,  joven e inquieto (Nolasco Coray). Se están preparando en casa de Jorge, para salir a trabajar, mientras esperan la llegada de un tercer integrante que extrañamente demora mucho en llegar. Por lo demás, la ubicación geográfica y contexto de la situación escénica, ocurre en cerro Ramaditas, precisamente en el momento previo al recordado incendio acontecido en abril del 2014. Hecho dramático que avanza paralelamente a la preparación de ambos artistas callejeros.

El espacio escénico que generan, funciona como una cita a los hogares que se pueden encontrar en los sectores más altos de Valparaíso, un espacio reducido y asimétrico que se complementa con la decoración hogareña que, en este caso, habla mucho de la personalidad del dueño de casa. El diseño integral es un acierto en relación al dinamismo lúdico que se propone, ya sea por la dirección (Christian Verdejo) como por las interpretaciones. Las actuaciones se lucen por ser enérgicas, improvisando y jugando con el instante –a pesar de la estructura escénica que es muy clara dramatúrgicamente–;  dinamismo que permite que la obra se mantenga fresca de principio a fin. En general es un relato que conmueve desde el humor y la simpleza de sus personajes.

 Resulta muy interesante cómo este montaje nos envuelve en una atmósfera cargada de realidad y colores, algo así como un pequeño resumen de lo que es ser porteño, payaso y vivir al margen, en los cerros. Con toda la adversidad que implica la lejanía y pobreza, la astucia y perseverancia de los personajes nos hace admirar un paisaje que sólo puede apreciarse desde arriba, donde nadie compite o se adueña de la mejor vista, porque hasta de las calles se puede ver todo. Todo, incluso aquello que ignoran los de más abajo.

L. C.

FICHA TÉCNICA:

COMPAÑÍA: Teatro a conciencia

OBRA: Los payasos también ríen

DIRECCIÓN: Christian Verdejo

DRAMATURGIA: adaptación de Los Payasos de la esperanza del TIT (Taller de Investigación Teatral 1977), a cargo de Nolasco Coray.

ELENCO: Nolasco Coray, Carlos Zamorano.
MÚSICA ORIGINAL: Javier Gahona e Iván Mancilla.

ESCENOGRAFÍA: Taller El Litre

DISEÑO ILUMINACIÓN: Nolasco Coray

ILUSTRACIÓN: Miguel Ángel Sánchez

DISEÑO DE IMAGEN: Maceteros producciones