martes, 10 de mayo de 2016

¿Y SI HABLARAN DE NOSOTR@S?

Quizá tod@s o más de algun@ saldría de su escondite







“Si la glaciación se cargó a los dinosaurios. ¿qué pasó con las lombrices?”, es la premisa simbólica con la que se inicia el proceso creativo de ¿Y si hablaran de nosotr@s?, palabras de Anna Albaladejo, refiriéndose al impacto de la crisis económica que afecta a España en la última década, personificada como una era de glaciación donde tanto poderosos dinosaurios como pequeñas lombrices se han visto muy afectad@s.
¿Y si hablaran de nosotr@s?, partió siendo un proyecto de creación dramatúrgica (2013), becado por Culturarts, publicado por Red Escénica y producido como Residencia de Teatro de lo Inestable, contando también con la colaboración de Culturarts de la Generalitat Valenciana. Anna Albaladejo, actriz, dramaturga, directora y doctora por el Departamento de Filología Hispánica de  la Universitat de València, es quien gesta y encabeza el proyecto contando con una exitosa primera temporada iniciada en el mismo Teatro de lo Inestable, que les ha permitido presentarse en importantes escenarios valencianos como Sala Ultramar y Teatro Rialto. Actualmente, con su reestreno en la Sala Off (abril recién pasado), comienza una segunda temporada que recorrerá salas independientes como Carme Teatre, Teatro Círculo de Benimaclet, entre otras, en lo que resta del presente año.
El espectáculo protagonizado por su autora y la también actriz, dramaturga e investigadora Maribel Bayona, cuenta con una importante indumentaria audiovisual que llena el espacio íntimo e imaginativo de las personajes. Se trata, entonces, de una puesta en escena visualmente dinámica, a pesar de la sencillez en lo que respecta a la utilización del espacio, que sin ser minimalista, denota el escenario propio de un hogar al borde del desahucio.


¿Quién habla de nosotr@s?

Estamos ante el reencuentro de dos hermanas que bordean los cuarenta años, el cual surge luego de que el inmueble que heredaran de su madre, haya sido reclamado por deudas de Mara (Anna Albaladejo), periodista y hermana mayor que habita en la propiedad. Su hermana Vera (Maribel Bayona), por otra parte, es una actriz que regresa sin mucho éxito de un viaje en busca del anhelado reconocimiento, y por qué no exponerlo, de la tan sobrevalorada fama. La acción transcurre en el letargo de una cotidianeidad vacía, entre diálogos dispersos y la sumisión a artefactos electrónicos propios de nuestro tiempo como fuente expresión y/o comunicación por excelencia: el ordenador de Mara y móvil de Vera. Redes sociales, revueltas populares, corrientes filosóficas que parecen naufragar en el inconsciente colectivo de unas “lombrices” que se sienten tan aplastadas por la gran crisis económica, casi tan famosa como la actriz de cine Penélope Cruz. Desde este lugar deviene la interrogante que titula la puesta en escena dirigida por la doctora Albaladejo, si por tan sólo un día –una función de teatro por ejemplo –la atención de los medios de comunicación diera vuelta la cara hacia el otro, hacia la lombriz que se esconde en su agujero para protegerse. Una vez en este contexto, ¿qué pasa cuando incluso ese espacio íntimo es perturbado por la negligencia de quienes mantienen con vida a los “dinosaurios”? En tal caso ¿Quién habla de nosotr@s?


En la era de las comunicaciones.

En cuanto a la puesta en escena y diseño integral en general, resulta un espectáculo muy atractivo, dotado de una dramaturgia que por momentos luce bellas y fuertes imágenes poéticas,  interpretaciones bien elaboradas, destacándose la indiscutible complicidad escénica entre las actrices; una iluminación (Diego Sánchez) cargada de proyecciones audiovisuales (Juan Domingo) y composición sonoro-musical (Carre Moreno) que brilla por su notoria vinculación con la propuesta escénica en su conjunto.
Redes sociales, medios de comunicación, aparatos electrónicos de funcionamiento “inteligente”, entre otros elementos aludidos por la dramaturgia de la autora valenciana, nos invitan a sumergirnos en un drama que pertenece a nuestro tiempo, de menor o mayor contingencia, según el lugar desde donde se mire, ¿Y si hablaran de nosotr@s? es un drama que fluctúa entre el exceso de información visual y el tiempo aletargado de una espera angustiosa y aparentemente irremediable.
L. C.


EQUIPO DE ACCIÓN
Interpretación: Maribel Bayona y Anna Albaladejo
Diseño Audiovisual y Gráfico: Juan Domingo
Diseño de Sonido: Carre Moreno
Diseño de iluminación: Diego Sánchez
Vestuario: Nuria Cruz Fuerte
Asesoría técnica: Pedro Lozano
Fotografía: Alan Dacheoux
Dirección de actrices: Victoria Salvador

Dramaturgia y Dirección artística: Anna Albaladejo

martes, 5 de abril de 2016

A VIVA MUERTE


Polvo seremos, pero de poesía vivimos







La realidad es una palabra con muchos significados
Peter Brook




A viva muerte es básicamente un recital de poesía y a su vez, esencialmente, una performance audiovisual. Me refiero al término performance ya que no estamos frente al “intérprete de”, sino frente a un poeta, el valenciano David Trashumante, que dispone de su propia persona y de los elementos que selecciona cuidadosamente junto a su equipo –Alejandro de Sousa, Ysa Cruz y Daniel Frechina– para la realización de este particular concierto  poético.
Se trata de una versión escénica del libro  A viva Muerte poemario homónimo publicado por Baile del Sol en 2015. Dichas piezas que en conjunto y por medio de su lectura/acción (David Trashumante) musicalización (Alejandro de Sousa) nos hacen viajar por espacios y escenas surrealistas.
Un canto a la muerte como el fin de un tránsito inevitable, donde los que “ya no están” reviven a través del lenguaje –escénico y de palabra– para recordarnos que existieron, que marcaron más de una biografía, escrita o imaginada, y sobre todo al poeta, quien se entrega o bien, quien se “sacrifica” ante nosotros para recordar a sus propios muertos.
Es una inmolación de memoria, a veces melancólica, a veces infantil, incluso humorística,  también histórica, donde el poeta disfruta de una autoflagelación poético-escénica de la que estamos invitados a disfrutar, sin convertirnos por ello en voyeristas sádicos.
Aunque no es una obra de teatro, sí es una puesta en escena muy cuidada desde el comienzo. Al entrar a la sala –en esta ocasión Carme Teatre– observamos el espacio dispuesto como si se tratara de una curiosa orquesta de cámara: atriles, instrumentos musicales, un lugar para quien dirige y atrás un coro de muertos o si se quiere, un coro de nombres de personas muertas que han marcado la historia universal, personificados en placas de papel.
Así como no es cualquier recital poético, no es cualquier acompañamiento musical, ya que también como espectadores, disfrutamos de una experiencia sonora que además de apoyar y complementar la actuación del poeta, brilla por sí misma. Efectos sonoros, instrumentos musicales con aplicaciones que subvierten el sonido tradicional –violín eléctrico con pedalera de efectos y como pizzicato, grabación de loopers, entre otros arreglos–. De modo que desde el sonido más clásico del violín hasta la armonía étnica de la flauta dulce barítona, nos encontramos con un paralelismo de aquella ruptura de la percepción también clásica de un recital de poemas.
Por otra parte, también está la proyección audiovisual, esbozada como una pausa a la ejecución escénica, como aquel poema que escuchamos, luego de la ejecución de un cuadro escénico que se mantiene estático mientras oímos/observamos.


Una palabra no empieza como palabra. Es un producto final de un impulso, estimulado por actitud y comportamiento, que manifiesta la necesidad de expresión[1]


¿Se trataría entonces de una escucha poético-escénico-visual-musical del inconsciente del poeta? Quizá un misceláneo de disciplinas que se reúnen en torno a la reconstrucción de una lectura que hacemos en conjunto. Incluso, podría decirse que es una performance que apela a una escucha comunitaria, y por qué no decirlo, a la práctica oral. Con ello me refiero a la tradición oral u oralidad, mecanismo de comunicación, o de transmisión de la cultura –en paralelo o en oposición al de la escritura– que hasta hoy sirve en la praxis a diversas comunidades indígenas sobrevivientes a los tiempos contemporáneos. Según esto, en parte, A viva muerte sería, entonces, un ejercicio de poesía oral. Pues por aquí creo que me he acercado a una definición de lo que vimos. Sin embargo, no escribo para definir, sino para transmitir el goce de la experiencia, del convivio irrepetible. Una experiencia que generosamente el poeta Trashumante nos regala a través de esta puesta en escena que de alguna manera materializa el inconsciente de sus imágenes. Que nos hace viajar por aquellos escenarios surrealistas, construyendo y deconstruyendo a medida que avanzamos entre un poema y otro.
Podríamos pensar en una fotografía de Man Ray en movimiento, en un cortometraje de David Lynch, en un concierto para violín de Schönberg que se tropieza con la armonía de un canto a la madre tierra, entre otros referentes visuales y/o musicales expulsados por medio de la poesía frenética, contestataria e irónica que caracteriza a Trashumante.
Y así, podría seguir aumentando la lista de referencias para lo que sería básicamente el recital de una cuidadosa selección de poemas del libro A viva muerte que decanta como: performance musical, experiencia sonora visual, crítica social política universal. Un caos poético que explota sistemáticamente en una puesta en escena, que conmemora, emociona y sobre todo, comunica.
Concluyo, reflexionando que no sería mala idea, repensar en la posibilidad de que la poesía re-anime a su público a traspasar las fronteras de la lectura individual, que aunque tampoco está mal, también pueda existir esta posibilidad diferente, de acercamiento entre autor y lector, y de escucha colectiva, oral.
L.C. 


FICHA ARTÍSTICA
Obra                               : A VIVA MUERTE
Texto, dirección e interpretación  : DAVID TRASHUMANTE (VLC)
Música en directo e interpretación : ALEJANDRO DE SOUSA
Sonido e iluminación               : Ysa Cruz y Daniel Frechina
Fotografía                         : Andrea de Andrés
Grafismo                           : Nociones Unidas





[1] Peter Brook, El espacio vacío, 1968

martes, 24 de noviembre de 2015

NO TE SALVES

Poesía traducida al teatro



No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
                                                                                      ni nunca           
no te salves (…)
Mario Benedetti

La compañía de teatro A tiro Hecho, es una de las agrupaciones que más me has me ha cautivado en mi  paso por Valencia. Desde el primer intento fallido por presenciar un homenaje a nuestro querido y recordado cantautor y director de teatro Víctor Jara, hasta hace unos días cuando al fin pude presenciar por completo otra conmemoración pero esta vez dedicada al también recordado escritor uruguayo Mario Benedetti.       

Como podemos apreciar en el extracto citado del poema No te salves –como también se titula el montaje–  y así como resulta exquisito deleitarse con la poesía del autor en cuestión, del mismo modo se disfruta la puesta en escena a cargo de su directora Carla Chillida.

Estamos ante un ejercicio poético, rítmico, cargado de humor perspicaz, actuaciones audaces (Bruno Tamarit, Pep Laza y Carla Chillida), coreografías elocuentes y sobre todo acreedor de un lenguaje estético que se condice absolutamente con la palabra beneditteana. Se trata de un montaje donde todos los expectantes, somos testigos de que la extrapolación de un lenguaje poético al lenguaje escénico, es totalmente posible. Como si se tratara de una lectura en conjunto, disfrutamos de fragmentos cuidadosamente compilados que nos hacen un recorrido por la obra creativa del poeta: un Benedetti (Pep Laza) enamorado de la vida, observador, irónico, crítico, ingenioso, amigo de sus personajes (Bruno Tamarit y Carla Chillida) y muy consciente del contexto al que pertenece.

Por el cielo de la sala de teatro vuelan papeles, sutil metáfora de fragmentos de vida, viajes, personajes, amores misteriosos, temerosos, intrépidos… Entre otros detalles que embellecen y dotan de sentido el espacio teatral. En palabras simples, poesía traducida al teatro.

Luego de mi corta experiencia apreciando el trabajo escénico de A tiro hecho, considero que se trata de una agrupación capaz de transformar aquello en lo que se inspiran en puesta en escena, consiguiendo muy buenos resultados. Como si se tratara de un traspaso a otro idioma, o como si se utilizara el oficio teatral, como una herramienta que solidariza con autores que han marcado nuestro pasado histórico, político y social. Apreciar este tipo de creaciones, es algo que llena de esperanza y recuerda que la experiencia teatral es única, no sólo por sus carácter de convivio –como diría Dubatti–, sino también por poseer códigos expresivos que le son auténticos, esenciales e irrepetibles por otras disciplinas.

La buena noticia es que en el próximo verano chileno, o sea a comienzos del año 2016, A tiro hecho visitará nuestro país con su montaje Donde las papas queman –inspirado como he mencionado previamente en la figura de Víctor Jara–. Así que atentos, queridxs lectores, espectadorxs y compatriotas, que se viene una grata visita a los escenarios porteños.

L.C.


Ficha Artística.
NO TE SALVES . Homenaje a Mario Benedetti
Dirección: Carla Chillida
Intérpretes: Bruno Tamarit, Pep Laza y Carla Chillida
Dramaturgia: inspirada en textos de Mario Benedetti
Música: Lucas Valera
Iluminación: Ximo Rojo / Hipólito Patón
Fotografía: Mara Frischherz (www.marafrischherz.com) / Elías Taño
Escenografía: Miguel Hernández, Javier y Jesús García.
Vídeo: Simón Fariza
Grafista: Elías Taño (www.eliastaño.es)

martes, 6 de octubre de 2015

ERROR

En tal caso, ¿Qué es lo correcto?





Error corresponde a la producción más reciente del Centro de investigación Teatro La Peste, estrenando en septiembre con una exitosa temporada en Sala Negra de la Escuela de teatro de la Universidad de Valparaíso.
Teatro La Peste cuenta con más de diez años de trayectoria, destacándose por reconocimientos locales (Círculo de Críticos de Espectáculos de Valparaíso) como nacionales (VI Festival Nacional de Teatro en Invierno Calama... Entre otros). Por lo demás, se caracterizan por trabajar diversas áreas del oficio teatral, tales como: creación, formación, investigación y producción. Cualidades que les posiciona como una de compañías más reconocidas, admiradas y cercanas al espectador porteño.
Considerando dicho panorama,  pareciera ser que Error surge como un desafío, ya que al contar con un público acostumbrado a temáticas estrechamente relacionadas con la localidad,  Teatro La Peste en esta ocasión, nos promete su propia versión de Psicosis 4.48 de la desaparecida dramaturga inglesa Sarah Kane.

Si bien Psicosis 4.48 es un texto con estrechas raíces autobiográficas, el equipo encabezado por Danilo Llanos, vuelca  la dirección autocentrista del drama mostrando la situación y sus personajes como un mero hecho simbólico que trasciende a una realidad nacional. Una joven con serios trastornos suicidas (Kathy López) que es tratada por el especialista y funcionario público (Christian Riquelme). ¿Víctima y victimario? ¿O sólo víctimas? En tal caso ¿el victimario brilla por su ausencia o brillará implícito a través de la imponente e inapelable presencia invisible de la institución? ... 

Quienes de ante mano conocemos la obra de Kane, podremos reconocer en Error, a su protagonista y su interlocutor atrapados en una eterna discusión sobre desamor, autodestrucción y frustración. La paciente entrevistada por su psiquiatra, o la enamorada en la encrucijada de un amor no correspondido. El amor como vida, entonces el deseo de la muerte como una encrucijada hacia las crueldades de la vida. Dicha esencia que propone la acción dramática del texto original perdura en la versión protagonizada por López.

Como costumbre particular de los últimos estrenos de Teatro La Peste, el diseño integral destaca por su funcionalidad y belleza estética. En aspectos semióticos, resulta muy sugerente este reducido espacio, tipo ring, donde los protagonistas se enfrentan. Además de un suelo poco amigable para caer -atestado de vidrios rotos- y una iluminación fría, sino ensombrecida. Las actuaciones son adecuadas, siguen favorablemente el curso del mundo propuesto. Sonoramente, aparece algo muy atractivo por efecto de los constantes enfrentamientos sobre este suelo quebradizo, acompañado de  una momentánea “iluminación baja” –que se limita a iluminar las pantorrillas de los actores –como si literalmente se pretendiera  dirigir nuestra mirada hacia el nivel más bajo del ser humano.

En Error, mucho de lo que está implícito lo podremos descubrir si ponemos especial atención a los  detalles escénicos propuestos por Llanos. Por ende, la palabra esconde mucho más de lo que dice. En este sentido, percibo una reflexión interna que toca un hilo muy sensible de nuestra memoria nacional como una brutal consecuencia de nuestra contemporaneidad.

El suicido de Allende marca el fin de un secuestro y el principio de otro, que comenzará su final 17 años después de la exhumación y entierro público de sus restos, aunque todavía sus ciudadanos sufran las consecuencias de ambos[1]

Aquellas palabras son sólo un ejemplo que indica que existe en nuestro inconsciente colectivo, un suicidio que marca el inicio de la sociedad en la que estamos viviendo. Pensar en ello –para los que pensamos en ello –resulta inevitablemente inquietante, como si la esperanza de creer en que podría haber sido distinto, pudiera cambiar algo de lo que ya está escrito. El modelo económico imperante, 20 años de una democracia incompetente y el recuerdo idílico de un pasado prometedor, son entre otras cosas,aspectos implícitos que hacen que el último estreno de Teatro La Peste, nos remueva frustraciones pasadas que nos identifican como sociedad.

Se trata de una situación dramática difícil de sostener por su gran densidad, pero que logramos contener –como espectadores- gracias a su corta duración –aproximadamente tres cuartos de hora-. En Error, amarse parece un error y matarse la única solución. Como si los protagonistas estuvieran encerrados en un ring, sometidos a la eterna frustración de pelearse entre ellos mismos.   
L.C.




[1] Tito  Drago, Allende, un mundo posible, RIL, editores, Buenos Aires, Argenita 2003, p. 15

FICHA ARTÍSTICA
Dirección: Danilo Llanos
Intérpretes: Katherine López y Christián Riquelme
Dispositivo escénico: Danilo Llanos
Universo sonoro: Nagasaki
Técnico: Humberto Cerda
Producción: Teatro La Peste




domingo, 2 de agosto de 2015

YERMA



La difícil comunión entre cuerpo y poesía







Yerma del poeta Federico García Lorca, es la producción más reciente de la compañía Teatro AlmaZen, siendo la tercera parte de la Trilogía Rural, que comenzó con La casa de Bernarda Alba (2013) y Bodas de Sangre (2014) del mismo autor. Con una trayectoria que parte el año 2011, la compañía oriunda de Con-con, se caracteriza por homenajear la obra de autores reconocidos de la literatura nacional e internacional como: Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Antoine de Saint Exupéry, Oscar Wilde, entre otros.



El doble de la vida

Es cierto que cuando asistimos al teatro nunca podremos estar seguros de lo que sucederá. Aunque nos hayan contado de qué se trata la obra de principio a fin, o aunque hayamos observado un video, o incluso aunque se trate de un clásico. Jamás, ninguna función será igual a otra. Es por esta razón que nuestro oficio funciona como un paralelo de la vida, o como Artaud ya lo dijo, el doble de la vida. Desde esta perspectiva y al tratarse del estreno de la tercera parte de su Trilogía Rural, considero que aún falta mucho por resolver en términos de ritmo, fluidez y seguridad interpretativa. Lamentablemente los que asistimos aquel día, no fuimos testigos de una buena función.



Yerma, bajo el alero de su época

Lo que vemos en sí, es una versión tradicional de la obra lorqueana, muy apegada al texto dramático y su contexto propiamente. Sin embargo, apreciamos una propuesta escénica que  consiste en prescindir de objetos y escenografía en general, para centrarnos en la utilización del cuerpo como medio expresivo. Es así como a través de desplazamientos coreográficos, música envasada, cantos en vivo y una iluminación precisa, se nos narra la trágica historia de Yerma.

Yerma, narra el infortunio de su protagonista, quien al no poder concebir un hijo, se frustra hasta llegar a un nivel de histerismo. La mirada inquisidora de una época (principios del siglo XX) y sus propios fantasmas, le hacen a Yerma sentirse inútil, desvalida e inválida para un contexto donde las únicas funciones valiosas de una mujer consistían en criar hijos, consentir las órdenes del marido y mantener la armonía del hogar. En esencia éste es el conflicto temático que atraviesa la obra de principio a fin.


El incierto espacio entre una buena idea y su ejecución 

En relación a la puesta en escena, considero que visualmente, en lo que respecta al diseño integral, la propuesta es bella limpia y formal. No obstante, carece de profundidad y originalidad. No hay mucha búsqueda más allá de la iluminación que es correcta, el vestuario que replica la época y una especie de mural que permanece inmóvil como telón de fondo durante todo el transcurso del montaje.

En el caso de las actuaciones, aparecen un tanto rígidas –quizás por la ansiedad del estreno–, ya sea por la manera de interpretar el texto lorqueano, como por la propuesta corporal que consiste en estar en continuo desplazamiento. En general falta que las coreografías se vean integradas en la interpretación actoral, para que no se conviertan en un detonante de carencias de ritmo y de la fluidez poética, característica de Lorca.

La apuesta desde la dirección, me parece clara, pero aún no logra consolidarse, principalmente desde la interpretación. Es notorio que la idea consiste en representar el texto Yerma en forma tradicional, pero añadiendo dichos desplazamientos continuos que provocan una sensación vertiginosa, como si el tiempo avanzara rápida y ansiosamente. Algo que se podría asimilar a lo que en el contexto cinematográfico se conoce como efecto zolly o dolly zoom. }

Yerma, en la versión de Teatro AlmaZen, es en sí, un espacio vacío que busca llenarse con el ritmo coreográfico del cuerpo y la poesía.


L. C.


FICHA TÉCNICA

OBRA: Yerma

COMPAÑÍA: Teatro AlmaZen

DIRECCIÓN: Andrés Céspedes Bascuñán

DRAMATURGIA: Federico García Lorca

ELENCO: Jessica Ortiz, Andrés Céspedes, Valeria Fernández, Marco Valdivia, Tannia Valdés, Marta Núñez, Francisca Rodríguez y Andrea Bannach.

PRODUCCIÓN: AlmZen

martes, 30 de junio de 2015

LAS REINAS DE SHAKESPEARE



 Misticismo y feminidad intrínsecos...








Las reinas de Shakespeare, es uno de los montajes de la destacada dramaturga Karen Bauer (Ganadora XVI Muestra Nacional de Dramaturgia 2013, categoría Autores de trayectoria con la obra La Chica) y llevado a escena por Teatro Serendipia. Dicha compañía teatral, la integran ex alumnas de la escuela de teatro de la Universidad Finis Terrae, contando con una destacada trayectoria, ya sea por adjudicaciones de distintos proyectos Fondart (Lunes 2013, Feriado, 2012), como por participaciones en festivales y encuentros teatrales nacionales e internacionales (Calafate el origen de Hain, Temporales teatrales de Puerto Montt, Chile y Entepola Noa, Tucumán, Argentina. Ambas participaciones correspondientes al año 2014).
Las Reinas de Shakespeare, es una obra que desde el inicio utiliza a su favor el misticismo shakespereano, tanto por la oscuridad del comienzo, como por los ritos de Macbeth, entre otras “apariciones” o momentos sublimes. A través de fragmentos que narran diversos episodios que involucran cinco personajes femeninos de la obra del autor isabelino (la Reina Margarita, de las obras Enrique VI y Ricardo III; la Reina Isabel, también de Ricardo III; la Duquesa, Madre de Ricardo III; Lady Macbeth, de Macbeth y Cleopatra, de la obra Marco Antonio y Cleopatra), tres actrices se desenvuelven a través del vaivén de “estar dentro y fuera del personaje”, dinámica propia de los ensayos teatrales.
Estamos precisamente, ante un ensayo de teatro donde dos actrices (Karen Bauer y Loreto Cruzat) que llevan bastante tiempo trabajando, esperan a la tercera y nueva integrante (Josefina Lanyon), en reemplazo de otra que recientemente ha renunciado. A pesar del extenso tiempo que llevan laborando, diversas adversidades, muy conocidas en nuestro gremio, no les han permitido estrenar. En este contexto se nos hace un inspirador recorrido por gran parte de la obra trágica del autor británico.
La puesta en escena, a pesar de su sencillez, posee gran espectacularidad, tanto por la cuantiosa cantidad de vestuarios como por la impresionante euforia de las intérpretes. A través de actuaciones firmes y audaces, juegan a estar en el límite entre “la máscara y su portador”, a modo  de simbolizar la manera en que estas tres actrices se desenvuelven al: representar un personaje shakespereano , hablar del ensayo, del texto, del personaje mismo, etcétera. Por lo tanto, somos partícipes de diversos análisis que las actrices ejecutan alrededor del proceso creativo del montaje que construyen. Son tres mujeres empoderadas, interpretando, precisamente, a tres actrices que luchan por sacar adelante esta poco usual compilación de textos shakespereanos. Desde esta perspectiva, considero que la dramaturgia es brillante, entretenida y muy sugerente.
Se trata de un trabajo escénico que de principio a fin entrega la posibilidad de desprender distintas lecturas. Entre tales destaco la riqueza femenina de las obras de Shakespeare, dándonos la posibilidad como espectadores de hacer una comparación entre un personaje y otro, e incluso entre una obra y otra. También hay una crítica de género que aparece implícita al ver a tres mujeres que al enfrentarse a su profesión, se encuentran sumidas a una lucha que, como tales, se vuelve mucho más difícil que para el sexo opuesto. Tomando en cuenta que es un rubro donde la presencia mujeril es mayor, y sin embargo las obras de teatro universal por lo general están dirigidas o tienen como protagonistas a personajes masculinos, y pocos o menos importantes personajes femeninos. Es curioso que en una disciplina donde la presencia femenina prima, los textos favorezcan el protagonismo de los hombres. Hoy, cuando existen tantos cuestionamientos sobre diferencias de este tipo, una obra como esta surge como un grito desgarrado y furioso ante un panorama social, cultural y económico tan desprovisto para los artistas que lo practican.
Misticismo y feminidad están estrechamente relacionados en la obra trágica de Shakespeare ¿casualidad? Me limitaré a dejar esta interrogante para la reflexión, sin embargo este detalle demuestra la gran sensibilidad del autor, lo mucho que conoció al sexo opuesto…  quizá el lado oculto de su obra es precisamente éste y Teatro Serendipia nos lo entrega traslúcido.
L. C.



FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Karen Bauer, Textos de William Shakespeare
Montaje: Teatro Serendipia
Elenco: Josefina Lanyon, Karen Bauer, Loreto Cruzat
Diseño de vestuario: Estefanía Birke
Realización de vestuario: Estefanía Birke  y Paulina Pavez. Colaboración: Andy Moreno
Diseño gráfico: Carlos Bertín
Fotografía: Carlos Cartagena
Registro audiovisual y edición: Marcelo Morales.
Maquillaje FX: Patricio Munita
Producción: Loreto Cruzat
Prensa: Graciela Marín